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Publicado el 09 Jan 2024
El ser humano le hace mucha ilusión, fe y esperanza el inicio de un nuevo año, debido a que tienen en mente algo diferente viene con el inicio del año, el comienzo de un nuevo ciclo, mucho lo toman como la ocasión ideal para salir adelante de algo que les pasó en el año que acaba, y buscan olvidar esos momentos que les ocasiono tristeza, sentimientos de soledad y desilusiones. Los comienzos de nuevas metas abarcan pensamientos mágicos, creando constructos para enfrentar situaciones adversas, motivándose cada día más y creando nuevos objetivos. Se utilizan estos constructos para terminar y comenzar algo.
Por lo tanto, cuando comienza el nuevo año y hay pensamientos mágicos, las personas eventualmente descubren que nada ha cambiado, sino que el clima es más frío, no hay dinero, los familiares están ausentes y luego entran en una fase de ansiedad y depresión. Cuando termina el proceso de imaginación y esperanza, cuando termina el pensamiento mágico, comienza el proceso de melancolía y ansiedad.
Tiene más que ver con el duelo por la pérdida de un ser querido, ya que las vacaciones de Navidad y Año Nuevo terminan y junto con el regreso de los niños al colegio, continúa el frío, lo cual es estresante porque los problemas económicos también afectan la vida de las personas. Por deudas, pero también por divorcio tras unas vacaciones familiares juntos. Las celebraciones navideñas nos llevan a cometer excesos. Comemos más de lo que necesitamos, bebemos alcohol, trasnochamos y gastamos mucho dinero. La culpa por estos excesos y, quizás, por no haber logrado nuestros objetivos a lo largo del año, puede haceros reflexionar y modificar nuestra consciencia de manera que nos ayude a establecer nuevos propósitos para el nuevo año.